Alcemos la voz por las Mujeres y Niñas de Afganistán
- CISVAC TV
- 18 ago 2021
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Desde la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN de Afganistán, el pasado mes de julio, los talibanes se han hecho rápidamente con el control de amplias zonas del país, y ahora ya han tomado el completo control de Kabul.

El riesgo que significa para la vida de las mujeres y las niñas con la toma del poder de los talibanes y la proclamación de un emirato regido por la ley islámica (Sharia) es una completa tragedia.
La sharia es la ley islámica que forma parte de la fe surgida del Corán y los hadices, los dichos y acciones del profeta Mahoma. Su aplicación en la actualidad es objeto de disputa entre los musulmanes conservadores, extremistas, y los musulmanes liberales. La sharia proviene de cuatro fuentes: el Corán ("recitación"), el Hadiz ("narración"), el Ijma ("consenso") y el Ijtihad ("esfuerzo"). Su significado completo es "Camino a la paz".
En el caso de Afganistán, entre 1996 y 2001, los talibanes introdujeron la versión más estricta de dicha ley, que también tienen prevista insertar en este recién proclamado Emirato Islámico de Afganistán.
La Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán publicó este martes la lista de las prohibiciones que sufrirán las mujeres bajo el nuevo Gobierno, entre las cuales se mencionan:
- Se prohíbe el trabajo femenino fuera de sus hogares. Sólo unas pocas doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en algunos hospitales en Kabul.
- No pueden estar solas fuera de casa a no ser que estén acompañadas de su ‘mahram’ (parentesco cercano masculino como padre, hermano o marido).
- No pueden cerrar tratos con comerciantes masculinos.
- Prohibición de ser tratadas por doctores masculinos.
- No pueden estudiar en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa (los talibán han convertido las escuelas para chicas en seminarios religiosos).
- Las mujeres deben llevar burka, que las cubre de la cabeza a los pies.
- Azotes, palizas y abusos verbales contra las mujeres que no vistan acorde con las reglas talibán o contra las mujeres que no vayan acompañadas de su ‘mahram’.
- Azotes en público contra aquellas mujeres que no oculten sus tobillos.
- Lapidación pública contra las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
- Prohibición del uso de maquillaje. Uno de los castigos por llevar las uñas pintadas, por ejemplo, es la amputación de los dedos.
- No pueden hablar o estrechar las manos a hombres que no sean su ‘mahram’.
- No pueden reír en voz alta: El motivo: que ningún extraño debe oír la voz de una mujer.
- No pueden llevar zapatos de tacón. Están obligadas a no hacer ruido al andar puesto que ningún varón debe notar los pasos de una mujer.
- No pueden usar un taxi sin su ‘mahram’.
- Prohibición de tener presencia en la radio, la televisión o reuniones públicas de cualquier tipo.
- No pueden practicar deportes o entrar en cualquier centro o club deportivo.
- No pueden montar en bicicleta o motocicletas, aunque sea con sus ‘mahram’.
- Nada de usar colores vistosos. En términos de los talibán, se trata de «colores sexualmente atractivos».
- Prohibición de reunirse con motivo de festividades o con propósitos recreativos.
- Nada de lavar ropa en los ríos o plazas públicas.
- Modificación de toda la nomenclatura de calles y plazas que incluyan la palabra «mujer.»
- Prohibición a las mujeres de asomarse a los balcones de sus pisos o casas.
- Opacidad obligatoria de todas las ventanas, para que las mujeres para que las mujeres no puedan ser vistas desde fuera de sus hogares.
- Prohibición a los sastres de tomar medidas a las mujeres y coser ropa femenina.
- Prohibición del acceso de las mujeres a los baños públicos.
- Prohibición a las mujeres y a los hombres de viajar en el mismo autobús. Los autobuses se dividen ahora en «sólo hombres» o «sólo mujeres».
- Prohibición de pantalones acampanados, aunque se lleven bajo el burka.
- Prohibición de fotografiar a mujeres.
- Prohibición de la existencia de imágenes de mujeres impresas en revistas y libros, o colgadas en los muros de casas y tiendas.
El Matrimonio y la Mujer
El matrimonio islámico es un contrato legal y financiero entre familias. El contrato de matrimonio islámico es un documento que otorga derechos de relaciones sexuales al hombre. Transfiere el control de la mujer y su sexualidad de su tutor masculino a su esposo.
La mujer es esclava del hombre y, por tanto, su deber es la obediencia absoluta al marido en todo lo que le pide a su persona. El Islam requiere que la mujer musulmana obedezca a su esposo. Si ella le obedece, está destinada al paraíso. Por otro lado, si ella lo desobedece, todas sus buenas obras y piedad se consideran inútiles, y está destinada a los fuegos del infierno. El Corán permite que el marido musulmán castigue a su esposa negándole la relación conyugal durante cuatro meses. El pago de la dote crea una relación amo-sirviente entre el esposo musulmán y su esposa. El Corán a menudo llama a la dote ujur, que significa salario. El musulmán compra sus derechos sexuales con su esposa pagando la dote.
El Corán le da derecho al hombre de golpear a su esposa.
El matrimonio Infantil
El tutor musulmán puede obligar a su mujer virgen musulmana de cualquier edad a casarse con alguien de su elección sin su consentimiento. No hay una edad mínima para contraer matrimonio islámico. No es posible que una niña dé su consentimiento para contraer matrimonio. Cuando crezca, simplemente descubrirá que ya está casada.
La probabilidad de muerte de las niñas de 10 a 14 años durante el parto es aproximadamente cinco veces mayor que la de las mujeres de 20 a 45 años. Esto se suma al daño emocional y psicológico que sufren las niñas porque no son lo suficientemente maduras para el matrimonio.
Más de 60 países ya pidieron la salida ordenada de extranjeros de Afganistán
El presidente de Francia, Emmanuel Macron anunció ayer que Francia, Alemania y el Reino Unido presentarán varias iniciativas para intentar evitar que Afganistán vuelva a convertirse en un santuario terrorista.
La canciller alemana Angela Merkel, dijo ayer que ella y la comunidad internacional se equivocaron al evaluar la situación en Afganistán y estimar cómo podría evolucionar tras la salida de las tropas internacionales. “Todos los esfuerzos internacionales para crear un Estado democrático y de derecho no se lograron como nos lo habíamos propuesto. Es una lección amarga para millones de afganos que apostaron por una sociedad libre, por la democracia, por la educación» y por los derechos de las mujeres”.
Para las mujeres que en Afganistán han vivido los últimos 20 años con mayor libertad, que han podido estudiar, trabajar y tomar algunas decisiones propias, ahora la historia de sus vidas se corta. Podrán narrar de dónde vienen, cómo llegaron hasta ser lo que son, pero no pueden imaginar adónde van porque el terrible presente no les deja proyectar su futuro.
Es obligación de todos y todas a nivel mundial que alcemos nuestra voz en apoyo a toda las mujeres y niñas afganas, y que nuestra humanidad se refleje ahora mas que nunca demostrando solidaridad hacia todas las mujeres y niñas afganas que ya están solicitando refugio en la mayoría de embajadas en Kabul.
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